Me considero un patoso. Especialmente, son dos los terrenos donde mi torpeza ha destacado siempre: en el amoroso y en el gimnástico. Lo que no podía figurarme hasta ahora es que el uno y el otro estuviesen tan relacionados. Para los asuntos amorosos, cuento con las excusas propias de mi generación, como la educación enSigue leyendo «Cuando bailemos»