Silencio, estamos inventando

Padezco una anomalía en mi comportamiento. Es verdad que me enorgullezco de ella, pero a veces acarrea incomprensiones entre quienes me rodean, pues pueden creerme un polemista, un excéntrico, o sea, un tío raro o, peor, incómodo. La anomalía consiste en que, cuando escucho a alguien denostar una tendencia actual, igual da que esta seaSigue leyendo «Silencio, estamos inventando»

¡Buh! 🎃

Nada tengo contra Halloween ni contra las películas de miedo, salvo que sus pretensiones de aterrar me producen risa. Pagué las obligadas novatadas en mi juventud, cuando, para “estar en la onda”, eso que ahora se llama ser trendy, tenías que saber quién era Jason o Freddy Krueger. Vamos, que había que tragarse Viernes 13Sigue leyendo «¡Buh! 🎃»

Que me parto

Hace unos días he sufrido la experiencia de ingresar a mi madre en el hospital. Felizmente, después de una semana la han devuelto a casa curada. Siete días que me han permitido probar las cualidades cicatrizantes de la risa. Echar a broma su postración, hacer chanzas con enfermeras y doctores, recordar chascarrillos o retorcer cualquierSigue leyendo «Que me parto»

Esta vez fue un acierto

El último Nobel de Literatura lo tenía todo en contra para que me gustase. Pero un fallo, uno levísimo, fue el que inclinó la balanza arrolladoramente a su favor. Hacía menos de un mes que había muerto Javier Marías, el candidato más firme de las letras españolas. Aunque ya se sabía que ser un “favorito”Sigue leyendo «Esta vez fue un acierto»

Historia, Historiografía e historietas

Fue un catedrático de Historia –rector para más señas– de un campus convulso por los arreones nacionalistas quien, antes de entrar en una exposición en la que me honró haciendo de guía, recurrió a los tres términos que titulan esta entrada. La Historia –dijo– son hechos, los datos contrastados y desprovistos de significado. Por ejemplo:Sigue leyendo «Historia, Historiografía e historietas»

Peón cuatro Rey

A veces me debato entre proponer su obligatoriedad en el currículo académico o declararlo deporte de riesgo e impedir que los escolares se acerquen a un tablero si no media supervisión paterna. De sus beneficios dan cuenta numerosos análisis, como se refleja en el artículo ¿A quién favorece la enseñanza de ajedrez en la escuela?,Sigue leyendo «Peón cuatro Rey»

Viaja, ¡por Tutatis!

Las aventuras de Astérix tienen para mí un valor incalculable. Sobre sus viñetas descargo la responsabilidad de haber despertado en mí la curiosidad por “los demás”, entendidos estos como los habitantes de cualquier país que no sea España. En particular, doy a Astérix en Hispania una categoría iniciática. Publicado en 1969, y seguramente leído pocosSigue leyendo «Viaja, ¡por Tutatis!»

Solo (sin acento)

Cuando me preguntan por mis destierros o cuando una conversación deriva hacia esos derroteros, suelo decir que cada cual debe aprender a amar su soledad. A fin de cuentas —añado— es el estado en que pasamos más tiempo. Ahora, que nos vanagloriamos de los amigos y seguidores de nuestro perfil social —tramposo concepto, pues noSigue leyendo «Solo (sin acento)»

¿Inteligencia arte-ficial?

El partido transcurría según lo esperado. No podía ser de otro modo. La distancia entre ambos no se medía solamente por las cuatro posiciones a favor del ruso en el ranking de la ATP. También los diez años más del español o la lesión de su pie izquierdo jugaban —nunca mejor dicho— en su contra.Sigue leyendo «¿Inteligencia arte-ficial?»

Maldito parné

Pocos asuntos generan más reacciones contradictorias entre nosotros que los relacionados con el dinero. La lista es interminable: amor y odio, alegría y ansiedad, orgullo y envidia, interés y desidia (esta última fingida muchas veces). Por ejemplo, aplaudimos bovinamente al político Robin Hood que señala a ese ente odioso —“el rico”— y, con lenguaje justiciero,Sigue leyendo «Maldito parné»

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