Cuando bailemos

Me considero un patoso. Especialmente, son dos los terrenos donde mi torpeza ha destacado siempre: en el amoroso y en el gimnástico. Lo que no podía figurarme hasta ahora es que el uno y el otro estuviesen tan relacionados. Para los asuntos amorosos, cuento con las excusas propias de mi generación, como la educación enSigue leyendo «Cuando bailemos»

El domador de truenos

Papá era especial. Jamás se enfadaba, no recuerdo un reproche suyo ni una cara de disgusto o de frustración por los golpes del destino. Y no le faltaron. Mamá dijo mucho tiempo después que, al regresar de Corea, papá no era la misma persona que se había ido apenas dos años antes, que dormía comoSigue leyendo «El domador de truenos»

Diseña un sitio como este con WordPress.com
Comenzar