Campo de batalla

Todos decimos ser pacifistas. En estos tiempos, declarar lo contrario equivale a ser homófobo o fascista. Hasta Putin, en su frenesí bélico, se asoma a los hogares de rusos y ucranianos con un discurso que confundiría al mismísimo Gandhi. Pero tenemos un punto débil, uno que el populista post-soviético y tantos otros revolvedores de ríosSigue leyendo «Campo de batalla»

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