UNA SERIE DE MICRORRELATOS PALPITANTES (#14)
En recuerdo de A., que marchó demasiado pronto.
Eres espejismo perseguido por mis pasos.
Mire adonde mire, allí estarás, esperando
agazapada tras tu horizonte intangible y mágico.
Caminaré hacia ti –contra ti, creerán los locos–,
hasta el día en que te vea aferrada a un ser querido
y te oiga susurrarme: «Vendré a por ti. Pronto».
¡Incauto de mí!
Te querré lejos y, sin embargo, desearé fisgar en tu misterio,
desnudar con ahínco tu reverso.
Y llegarás, ávida y temida, para cobrarme el peaje;
por curioso. Por amarte.
Te perdonaré el día que vengas, da igual cuándo,
porque siempre serás desprevenida;
te perdonaré, aunque me parezca pronto,
en realidad, porque será ya tarde.
Pero jamás te perdonaré haberte ensañado con un corazón frágil;
que hayas rozado con tu aliento la mano del niño, al que una voz,
grisácea y fría, dijo que te habías marchado con su madre.
Reniego de tu magia. Maldigo tu espejismo.
Pronuncio el nombre que te enfangue con vergüenza,
un nombre irreparable y cadavérico, el nombre que te ahuyente.
Tu nombre: Muerte.
Gracias por darme tiempo.
Que bonito relato. Haces con tu escritura que sienta al personaje . Me gusta leerte . Gracias
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias, Sonia. “Espejismo” es fruto de una sacudida, pues me enteré el lunes de la muerte repentina de una amiga.
Me gustaMe gusta
Por cierto, ahora te toca “sentir” de verdad mi escritura. Espero que mi primera lectora de la estirpe Domingo te haya entregado ya tu libro. Ya me irás contando. Un besazo para ti y un achuchón para Carlos (bueno, quédate tú otro achuchón, no vayas a ser celosa).
Me gustaMe gusta